[DOWNLOAD] "Los santos de Lucifer: Santa Tristeza" by Alexander Copperwhite # eBook PDF Kindle ePub Free

eBook details
- Title: Los santos de Lucifer: Santa Tristeza
- Author : Alexander Copperwhite
- Release Date : January 12, 2015
- Genre: Mysteries & Thrillers,Books,
- Pages : * pages
- Size : 216 KB
Description
Relato corto de misterio.
Primeros párrafos:
I – EtiopÃa
La eterna batalla entre el bien y el mal la libran quienes menos nos lo esperamos, en los lugares más imposibles, entre personas sin rostro. Por ello, ninguno de nosotros conoceremos la auténtica naturaleza del cosmos, ni tampoco seremos conscientes del verdadero propósito de los malignos… o de los bondadosos.
*
Entre los restos de cadáveres, una joven deambulaba con el rostro pintado de rojo. Apartada del lugar, una mujer de avanzada edad la observaba mientras con sus ojos negros intentaba escudriñar su alma. Dos fuerzas opuestas se enfrentaron en aquel momento de dolor y desgracia; dos emociones tan potentes como el amor y el odio. Las cenizas de la enfermedad pendÃan sobre las cabezas de los supervivientes, mientras el hambre acabarÃa con muchas vidas durante los dÃas venideros.
La joven ignoró a la anciana. Entre tanta desgracia, ella no significaba nada para ella. No suponÃa ningún peligro. Continuó caminando entre los cuerpos sin vida, consumidos hasta que la piel se adherÃa al hueso, y llegó a la pequeña iglesia de la misión humanitaria, ahora convertida en hospital improvisado. Los bancos, cubiertos con sábanas manchadas, ocupados por las pocas familias que habÃan sobrevivido al infortunio, parecÃan austeras tumbas, pero de vivos muriéndose. El gran crucifijo que colgaba en la pared, testigo de la crueldad sufrida a causa de la indiferencia y la ignorancia, era el único sÃmbolo que inspiraba algo de esperanza. Por desgracia, ni siquiera quienes vestÃan los hábitos le prestaban demasiada atención. Ocupados en salvar los poco que quedaba del reino de Dios en aquel lugar, la desgarradora realidad quebraba su fe.
Ocho dÃas y ocho noches fueron necesarios para deshacerse de los cuerpos. Una fosa común fue el lugar donde los fallecidos fueron mancillados, purificados por el fuego. La enfermedad debÃa erradicarse a toda costa. Carmen estaba manchada con sangre. Cargaba con los restos sin mirarlos, para no recordar que antes eran amigos, personas, seres queridos o simplemente desconocidos que le sonreÃan al cruzarse con ella. La experiencia terminó marcando su existencia, cambiando su manera de comprender las cosas, alterando sus convicciones más profundas.